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¿Qué es el síndrome de alienación parental?
El síndrome de alienación parental (SAP) describe un patrón de comportamiento en los niños influenciado por uno de sus progenitores, que consiste en un rechazo injustificado hacia el otro progenitor.
Se trata de un supuesto de manipulación psicológica de los niños, usado en muchos casos en divorcios contenciosos de gran complejidad en los que las partes discuten por la custodia de los menores y cuestiones vinculadas con esto como la pensión de alimentos o el uso de la vivienda familiar.
El SAP no está regulado de una manera expresa en el ordenamiento jurídico. Ninguna ley define qué debe entenderse exactamente por síndrome de alienación parental ni los protocolos para su detección y tratamiento.
Lo que hacen los jueces españoles es basarse en principios generales del Derecho como el interés superior del menor o el derecho de los niños a relacionarse con ambos progenitores, para valorar caso por caso si estos principios y derechos están resultando vulnerados por la acción de un progenitor que busca que su hijo tenga miedo o sienta rechazo hacia el otro progenitor, sin existir un motivo real para ello.
¿Cuáles son los síntomas del síndrome de alienación parental?
Se debate si el SAP es un síndrome o un trastorno, pero desde enero de 2022 está recogido en la clasificación internacional de las enfermedades (CIE-11) de la Organización Mundial de la Salud. Se describe dentro del código QE52.0 como un problema asociado a las relaciones interpersonales en la niñez.
Para su detección, es especialmente importante que los menores respecto a los que se sospecha que lo sufren pasen por una evaluación pericial psicológica.
El juez, basándose en el dictamen pericial y atendiendo a otros factores como las relaciones familiares, decidirá si existe o no un caso de SAP.
En los casos más graves se considera como una forma de maltrato infantil, porque influye directamente sobre el desarrollo evolutivo y psicológico emocional de los menores.
La conducta del progenitor que aliena al menor
No hay una conducta única, el SAP es resultado de un conjunto de estrategias de manipulación perversas que buscan separar al menor del otro progenitor y, a la vez, que genere un vínculo patológico con el progenitor que le manipula.
Las conductas más comunes incluyen:
- Denigrar al otro progenitor dándole al menor información exagerada o falsa, presentándolo como una persona mala, que no quiere al niño y puede llegar a ser peligrosa para él.
- Prohibición de contacto. Impidiendo o dificultando una comunicación normal con el otro progenitor y difundiendo el mensaje de que este no tiene interés en su hijo.
- Triangulación del niño. Incluir al menor de forma directa en los conflictos de pareja pidiéndole que tome partido por una u otra parte.
- Control emocional. Haciendo al niño sentirse culpable si muestra afecto hacia el otro progenitor.
- Creación de una realidad alternativa. Presentar ante el menor una realidad distorsionada en la que el progenitor alienante es una figura positiva y el otro una figura completamente negativa.
Señales en el comportamiento del niño
Los menores que padecen el síndrome de alienación parental pueden mostrar síntomas como estos:
- Expresan de manera repetida y vehemente opiniones negativas y falsas sobre el progenitor alienado.
- No muestran sentimientos positivos hacia el progenitor alienado.
- Rechazan cualquier cosa que proceda del progenitor con el que no quieren estar ni mantener contacto, aunque sean regalos o la propuesta de una actividad que les gusta.
- Inventan razones absurdas o contradictorias para justificar su rechazo. Se han llegado a detectar acusaciones de abuso que carecen de todo fundamento.
- Repiten las frases y opiniones que emite el progenitor alienante sobre el alienado, porque las han interiorizado.
- Tienen miedo a estar en contacto con el otro progenitor.
- Muestran una lealtad absoluta, incluso una dependencia tóxica, hacia el progenitor alienante.
- Tienen dificultades para establecer relaciones duraderas y sanas con otras personas, porque son desconfiados.
Consecuencias comunes en los niños
Con el tiempo, las conductas realizadas por los adultos para alienar a los niños pueden provocar estos efectos a largo plazo. Las consecuencias más comunes que se han detectado son:
- Conductas de evitación que se manifiestan mediante episodios extremos de nerviosismo.
- Trastornos de ansiedad.
- Dificultades para expresar y comprender las emociones.
- Dependencia emocional.
- Trastornos del sueño.
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¿Cómo actuar si tu hijo sufre alienación parental?
Para el progenitor alienado esta situación es especialmente difícil a nivel emocional, porque va perdiendo poco a poco el contacto con sus hijos y sabe que, cada día que pasa, será más difícil revertir lo que está ocurriendo. Por eso, desde el punto de vista legal se recomienda actuar lo antes posible.
La estrategia recomendada implica actuar con la máxima normalidad posible:
- Continuar realizando las visitas para evitar que el vínculo se degrade todavía más si el menor comprueba que el progenitor no pasa tiempo con él.
- No hacer reproches al niño ni criticar en su presencia al otro progenitor. El padre o madre alienada debe ser un modelo adecuado de comportamiento adulto y de salud mental.
- Crear un ambiente saludable. Proporcionarle al menor un ambiente familiar en el que se sienta cómodo y seguro.
- Mantener normas y límites. Establecer una serie de normas de comportamiento en beneficio del niño. Por ejemplo, limitar el tiempo de uso de pantallas o fijar un horario para hacer la tarea escolar.
En el caso del progenitor que es consciente de estar alienando a su hijo, también debería haber cambios en su comportamiento. En este caso, debería reconocer que está actuando mal y que está causando daño a los niños. Si es necesario, acudir a un especialista en salud mental puede ser el primer paso para aprender a tratar los niveles de rabia y agitación interna y poder así establecer una relación sana con los hijos y con el otro progenitor.
En los casos más graves, si no hay voluntad de las partes para poner fin al problema, al progenitor alienado no le queda más remedio que solicitar ayuda legal y acudir a los tribunales.
Prevención del SAP
Dadas las graves consecuencias que el SAP tiene para todos los implicados, especialmente para los menores, los especialistas en psicología defienden la necesidad de prevenir este problema.
Para ello puede resultar interesante acudir a una mediación familiar y que tanto los padres como los hijos realicen una terapia psicológica.
El objetivo final es mantener la mayor estabilidad emocional posible de la familia, con especial cuidado hacia las necesidades de los menores.
¿Es delito el síndrome de alienación parental?
Al no estar regulado en el ordenamiento jurídico español, la conducta del progenitor que aliena a sus hijos menores en contra del otro progenitor no se considera un delito.
El SAP en sí mismo no es un delito, pero sí hay conductas asociadas a él que pueden llegar a ser delictivas. Por ejemplo, el maltrato psicológico que se ejerce para alienar al menor o la obstrucción a la justicia cuando el progenitor denunciado por haber alienado a su hijo pone todo tipo de trabas para intentar evadir la acción de la justicia.
Este tema ha sido objeto de numerosos debates jurídicos también a nivel internacional. Estados Unidos, Canadá y Australia han puesto el foco sobre el SAP, pero en ningún caso se ha llegado al punto de considerarlo una conducta delictiva.
¿Cómo denunciar el síndrome de alienación parental en España?
Que no sea un delito no quiere decir que no se pueda alegar ante los tribunales para intentar poner fin a la situación. Lo habitual en estos casos es poner en marcha un procedimiento civil para conseguir la custodia compartida, e incluso que se atribuya la custodia exclusiva al progenitor alienado.
La jurisprudencia se está sensibilizando en torno a este tema y ya hay múltiples sentencias que reconocen la existencia de manipulación psicológica de los niños y adoptan medidas de guarda y custodia que buscan proteger de manera efectiva el interés superior de los menores.
En este tipo de procesos tiene una especial importancia el informe pericial llevado a cabo por psicólogos forenses. En estos casos lo prioritario es analizar la conducta de rechazo que manifiesta el menor, sin entrar a valorar la actitud del progenitor alienador.
Después, si se identifica un rechazo hacia uno de los progenitores, se pasa a evaluar si hay una relación directa entre este fenómeno y la conducta del progenitor que se entiende que está actuando como alienador.
El juez no está vinculado por las conclusiones a las que haya llegado el perito en su informe, pero sí le puede servir como guía para entender mejor una cuestión respecto a la que él no tiene conocimientos específicos.
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