¿Te estás enfrentado a un proceso de separación o divorcio y no sabes cómo realizar el convenio regulador? Te damos todas las claves sobre este documento esencial que garantiza que el proceso de divorcio se realice de la forma más adecuada y justa para las partes. El convenio regulador es un pilar fundamental en los procesos de divorcio o separación, especialmente cuando hay hijos menores por ello es importante que conozcas qué es y qué debe incluir.

¿Qué es el convenio regulador?

El convenio regulador es un documento legal donde los cónyuges acuerdan las condiciones de su separación o divorcio. Este acuerdo cubre aspectos fundamentales como la custodia de los hijos, el régimen de visitas, la pensión alimenticia, el uso del domicilio familiar y la distribución de bienes comunes, entre otros. Este acuerdo debe ser aprobado por un juez para tener validez legal, tal como se establece en el artículo 90 del Código Civil. Su finalidad principal es garantizar que los intereses de los hijos y de las partes involucradas estén protegidos y que haya claridad y consenso sobre las responsabilidades y obligaciones futuras.

Qué aspectos debe incluir en el convenio regulador

El artículo 90 del Código Civil estipula el contenido mínimo que debe incluirse en el convenio regulador, por lo que si vas a realizar uno deberás seguir al menos las premisas que se muestran a continuación. Te contamos cuáles son los puntos que deben abordarse y regularse para que pueda ser tenido en cuenta en un proceso de divorcio. 

Custodia y régimen de visitas

La custodia y el régimen de visitas son una parte fundamental del convenio regulador, sobre todo cuando hay hijos menores a cargo. En estos casos, a la hora de elaborar el documento, será necesario que se fije el tipo de custodia y el régimen de visitas que se establecerá:  

• Custodia compartida o exclusiva: la custodia puede ser compartida, donde ambos padres participan activamente en la crianza de los hijos, o exclusiva, donde uno de los padres tiene la custodia principal y el otro tiene un régimen de visitas. La elección de la custodia debe centrarse en el bienestar del menor y tener en cuenta factores como la estabilidad emocional y el entorno familiar.
• Régimen de visitas: este régimen debe detallarse para asegurar que el progenitor no custodio mantenga una relación significativa con los hijos. Incluye visitas regulares, vacaciones y fechas especiales, garantizando el derecho de ambos padres a estar presentes en la vida de sus hijos. Así el artículo 94 del Código Civil indica que «el progenitor que no tenga consigo a los hijos menores podrá visitarlos, comunicarse con ellos y tenerlos en su compañía.»

La mejor opción a la hora establecer la custodia atendiendo al bienestar de los hijos, es optar por la compartida ya que supone que ambos progenitores tienen la responsabilidad conjunta de la crianza y el cuidado de los hijos. En este modelo, los hijos pasan periodos de tiempo alternos con cada progenitor. Este tipo de custodia es ideal cuando ambos progenitores están dispuestos a colaborar y pueden mantener una comunicación fluida y positiva en beneficio de los hijos.

La custodia exclusiva, por otro lado, supone que los hijos viven principalmente con uno de los progenitores, mientras que el otro tiene derechos de visita. Este modelo puede ser más adecuado en situaciones donde uno de los progenitores no puede cumplir con las responsabilidades diarias de la crianza debido a su trabajo, problemas de salud u otras circunstancias.

Pensión alimenticia

La pensión alimenticia es la cantidad que debe pagar el progenitor no custodio para cubrir las necesidades básicas de los hijos, incluyendo alimentación, educación y atención médica. Esta cantidad debe ser justa y proporcional a los ingresos de ambos padres. El artículo 93 del Código Civil señala que «el juez, en todo caso, determinará la contribución de cada progenitor para satisfacer las necesidades de los hijos menores de edad.»

Para poder determinar la pensión alimenticia, es necesario tener en cuenta distintos factores como los ingresos de ambos progenitores, las necesidades de los hijos y el coste de vida. El objetivo es garantizar que los hijos mantengan un nivel de vida similar al que tenían antes de la separación o divorcio.

Uso del domicilio familiar

Se debe establecer quién residirá en la vivienda familiar y bajo qué condiciones. El interés de los hijos suele ser el criterio principal para asignar el uso de la vivienda ya que el objetivo de esta medida es el de mantener su entorno habitual. «En defecto de acuerdo de los cónyuges aprobado por el juez, el uso de la vivienda familiar y de los objetos de uso ordinario en ella corresponderá a los hijos y al cónyuge en cuya compañía queden.» (Artículo 96 del Código Civil)

En algunos casos, puede ser necesario vender la vivienda y repartir las ganancias, o uno de los progenitores puede comprar la parte de la propiedad del otro para continuar viviendo allí con los hijos.

Distribución de bienes comunes

Si existen bienes comunes, se acuerda cómo se repartirán o si se venderán para distribuir los activos. La liquidación del régimen económico matrimonial puede incluirse en el convenio o realizarse en un momento posterior.

Proceso de distribución de bienes comunes

La distribución de bienes comunes puede ser un proceso complicado que requiere una revisión exahustiva de todos los activos y deudas acumuladas durante el matrimonio. Por tanto, será necesario realizar un inventario de bienes y deudas en el que se establezcan cuáles son los activos de los cónyuges y sus deudas. En este punto se deben incluir las cuentas bancarias, las propiedades, las inversiones, los vehículos y cualquier posesión de valor.  Los bienes pueden distribuirse de varias maneras: se puede optar por la división equitativa, la venta y reparto de los ingresos, o la asignación de ciertos bienes a cada cónyuge. A la hora de realizar el reparto es importante tener en cuenta el valor emocional y funcional de ciertos bienes, además de su valor monetario.

Cómo se aprueba el convenio regulador

Para que este sea efectivo, debe seguir una serie de pasos que llevarán a la aprobación del mismo. Te mostramos cuáles son estos procedimientos y cómo debes llevarlos a cabo para lograr su validación judicial.

Redacción del convenio

Es el primer punto para poder validarlo por tanto, la redacción del convenio regulador debe ser precisa y detallada. En estos casos, es recomendable contar con la asistencia de un abogado especializado en derecho de familia para asegurarte de que todos los aspectos relevantes son abordados de la manera adecuada. Tal y como te hemos indicado en el apartado anterior es fundamental que en esta redacción se incluyan detalles específicos sobre la custodia, visitas, pensión alimenticia, uso de la vivienda y distribución de bienes para evitar malentendidos y futuros conflictos.

Presentación ante el juez

El convenio regulador debe presentarse junto con la demanda de divorcio o separación. El juez revisará el acuerdo para asegurarse de que no haya disposiciones perjudiciales para ninguna de las partes ni para los hijos. Así mismo y tal y como indica el artículo 777 de la Ley de Enjuiciamiento Civil: «si se considerase gravemente perjudicial para uno de los cónyuges o para los hijos, el Juez podrá denegar su aprobación.» Es decir, si este convenio puede provocar daños que afecten a uno de los implicados en el proceso de divorcio, puede ser denegada su aprobación por parte del juez. 

Proceso de revisión judicial

Tras la presentación del mismo, el juez revisará el convenio regulador para asegurarse de que cumple con todas las leyes aplicables y que protege adecuadamente los intereses de los hijos y de ambos progenitores. Por tanto, el juez será el encargado de comprobar que el acuerdo sea justo y equitativo, que no perjudique a ninguna de las partes y verificará que las disposiciones relacionadas con la custodia y la pensión alimenticia sean adecuadas y en el mejor interés de los hijos.

En aquellos casos en los que haya hijos menores, el Ministerio Fiscal revisará el convenio para asegurarse de que protege adecuadamente los intereses de los menores. En estos casos, debes tener en cuenta que su aprobación es necesaria antes de que el juez pueda aprobar el acuerdo.

Aprobación judicial

Una vez presentado, el convenio regulador debe ser aprobado por el juez tal y cómo especifica el artículo 90.2 del Código Civil: «los acuerdos de los cónyuges adoptados para regular las consecuencias de la nulidad, separación y divorcio presentados ante el órgano judicial serán aprobados por el juez salvo si son dañosos para los hijos o gravemente perjudiciales para uno de los cónyuges.»

Una vez aprobado judicialmente, el convenio regulador adquiere fuerza legal y es obligatorio para ambas partes. Las disposiciones del convenio deben ser cumplidas por ambas partes. En caso de incumplimiento, se pueden iniciar procedimientos judiciales para hacer cumplir el acuerdo. Por otro lado, si una de las partes no cumple con las obligaciones establecidas en el convenio, la otra parte puede solicitar al juez la ejecución forzosa del acuerdo. Esto puede incluir medidas como embargos, multas o incluso cambios en la custodia.

¿Se puede modificar el convenio regulador?

Es posible que te hayas preguntado si este tipo de acuerdos son inamovibles o si es posible modificarlos. Lo cierto es que los acuerdos del convenio regulador no son inmutables y pueden modificarse si cambian significativamente las circunstancias de las partes o de los hijos. Estas modificaciones poder ser necesarias si existen cambios importantes como pueden ser los que se indican a continuación: 

• Cambios económicos: la pérdida de empleo, una reducción significativa de ingresos o un aumento en los costes de vida pueden justificar la modificación de la pensión alimenticia o de otras obligaciones financieras.
• Cambios en la situación de los hijos: las necesidades de los hijos pueden cambiar con el tiempo, incluyendo cambios en su educación, salud o actividades extracurriculares. Estos cambios pueden justificar la revisión de las disposiciones de custodia o del régimen de visitas.

Para modificar el convenio regulador, se debe presentar una solicitud ante el juez explicando las razones del cambio y aportando las pruebas que acrediten dicha situación. Esta solicitud debe ser aprobada judicialmente para que las modificaciones tengan efecto legal.

Se pueden incluir pruebas de ingresos, facturas médicas, informes escolares y cualquier otra prueba relevante. Con estos documentos el juez revisará la solicitud de modificación para determinar si los cambios son justificados y si las nuevas disposiciones protegen adecuadamente los intereses de todas las partes, especialmente de los hijos.

Consecuencias del incumplimiento del convenio regulador

El incumplimiento del convenio regulador puede tener serias consecuencias legales. Si una de las partes no cumple con las obligaciones establecidas, la otra parte puede iniciar un procedimiento judicial para hacer cumplir el convenio. El procedimiento de ejecución puede incluir medidas como multas, embargos y, en casos graves, la modificación de la custodia o de las condiciones económicas establecidas en el convenio.

El convenio regulador es una herramienta esencial para garantizar que las consecuencias de una separación o divorcio se desarrolle de manera justa y adecuada. Su correcta redacción y aprobación son fundamentales para proteger los derechos e intereses de todas las partes involucradas, especialmente de los hijos menores. En estos casos, es necesario contar siempre con la asesoría legal adecuada que pueda ayudarte a llevar este proceso de la mejor forma.