¿Qué es un convenio regulador de divorcio?

Un convenio regulador de divorcio es un acuerdo entre cónyuges que establece las condiciones que regirán las relaciones familiares después de un divorcio.

Es un contrato que se plasma en un documento escrito y aborda cuestiones como la guarda y custodia, el régimen de visitas, la pensión de alimentos, la atribución de la vivienda familiar y la liquidación del régimen económico matrimonial. Su principal objetivo es regular las futuras relaciones entre los excónyuges y con sus hijos, priorizando el bienestar de los menores.

Aunque hay margen para que las partes lleguen a acuerdos en función de sus circunstancias, el Código Civil establece un contenido mínimo obligatorio. No obstante, una vez cubiertos estos mínimos, los cónyuges tienen libertad para pactar otras condiciones adicionales. Para que tenga validez legal, el convenio debe ser aprobado por un juez o por un notario, en este último caso, solo si no hay hijos comunes.

Contenido mínimo de un convenio regulador de divorcio

Es el artículo 90 del Código Civil el que establece el contenido mínimo que debe incluir un convenio regulador de divorcio. De acuerdo con su literalidad, serán los siguientes extremos:

Patria potestad y guardia y custodia de los hijos comunes, menores o incapacitados

Aunque lo normal es que la patria potestad sea atribuida a ambos progenitores, con independencia de quién ostente la guarda y custodia, el convenio regulador de divorcio debe concretarlo. Además, se determina cómo se organizará la guarda y custodia, que puede ser exclusiva o compartida.

Régimen de visitas y comunicación

El convenio debe contemplar el régimen de visitas y comunicación de los hijos con el progenitor no custodio o con ambos progenitores mientras se encuentre en compañía del otro. Puede incluirse un régimen de visitas respecto a abuelos u otros familiares, si se considerase necesario.

Pensión de alimentos

El aspecto económico es importante y suele dar lugar a fricciones. Por ello, el convenio debe fijar la contribución económica de cada progenitor para satisfacer las necesidades de los hijos, incluyendo educación, alimentación, vestimenta y gastos médicos.

Atribución de la vivienda y el ajuar familiar

Se establece quién continuará utilizando la vivienda familiar y el reparto del mobiliario y los enseres domésticos. También se puede establecer un plazo de duración de este acuerdo, siendo bastante común que se atribuya el uso de la vivienda al progenitor que ostente la custodia hasta que los hijos comunes sean independientes económicamente.

Pensión compensatoria

En algunos casos, cuando uno de los cónyuges sufra un desequilibrio económico notable tras el divorcio, puede establecerse la obligación de que el otro le pase una pensión durante un tiempo.

Liquidación del régimen económico matrimonial

Cuando existe una sociedad de bienes gananciales, se procede a realizar la liquidación y repartir los bienes y deudas entre los cónyuges.

Es importante que el convenio regulador de divorcio sea claro y detallado en cada uno de estos puntos para evitar futuros conflictos.

¿Cómo se redacta un convenio regulador de divorcio?

La redacción de un convenio regulador de divorcio debe ser precisa y detallada, siempre ajustándose a la normativa vigente. Es un aspecto clave que no debe tomarse a la ligera, ya que estos acuerdos definirán las relaciones familiares durante años. Pueden surgir situaciones que en un principio no parezcan problemáticas, pero que más adelante generen conflictos.

Por ello, es esencial contar con el asesoramiento de un abogado especializado en derecho de familia, que garantice no solo el cumplimiento de los requisitos legales, sino también que el documento esté redactado de manera que minimice posibles disputas en el futuro.

La redacción del convenio debe incluir:

• Datos personales. Identificación completa de ambos cónyuges y de los hijos comunes.
• Acuerdos sobre los hijos. Este es el punto más delicado y que más fricciones produce con el paso del tiempo, por lo que se le debe prestar mucha atención. Deben especificarse con detalle todas las decisiones relacionadas con la patria potestad, la guarda y custodia, el régimen de visitas y la pensión de alimentos.
• Aspectos económicos. El convenio debe ofrecer detalle de la pensión compensatoria, si la hubiera, y también de la distribución de bienes y deudas, incluyendo la atribución de la vivienda familiar. Es posible también establecer una distribución de la aportación de cada cónyuge a los posibles gastos familiares futuros. Por ejemplo, estableciendo el porcentaje que cada uno aportará (siempre en función de sus ingresos) a los gastos extraordinarios. O, incluso, si no se estableciese pensión de alimentos por existir custodia compartida y contar ambos cónyuges con ingresos similares, se podría establecer el sistema de reparto de los gastos de los menores.
• Cláusulas adicionales. Puede incluirse cualquier otro acuerdo al que hayan llegado los cónyuges, siempre que no contravenga la ley ni perjudique a terceros.

En cualquier caso, es vital que el convenio cuente con gran detalle y evite ambigüedades para evitar futuros conflictos.

Una vez redactado, el documento debe ser firmado por ambos cónyuges y presentado ante el juez para su aprobación.

¿Es obligatorio contar con un convenio regulador en caso de un divorcio?

En los divorcios de mutuo acuerdo, la presentación de un convenio regulador de divorcio es obligatoria. Debe acompañar a la demanda de divorcio y será revisado por el juez para garantizar que no perjudica a ninguna de las partes. Además, el juez comprobará que los acuerdos respetan el interés superior de los hijos menores o incapacitados.

Cuando no hay acuerdo entre los cónyuges, el divorcio se convierte en un divorcio contencioso, en cuyo caso no se presenta convenio regulador de divorcio. En su lugar, será el juez quien determine las medidas definitivas, basándose en las pruebas y argumentos presentados por ambas partes durante el proceso judicial.

¿Se puede modificar un convenio regulador de divorcio?

El convenio regulador de divorcio sí puede ser modificado. Para que esto suceda, deben producirse cambios sustanciales en las circunstancias que motivaron los acuerdos iniciales.

La jurisprudencia ha ido estableciendo ciertos requisitos para permitir las modificaciones, tales como que exista un cambio sustancial y permanente, es decir, que las nuevas circunstancias sean significativas y duraderas. También, la imprevisibilidad de las mismas, el cambio debe ser imprevisto y ajeno a la voluntad de la parte que solicita la modificación.

Por otra parte, deben ser posteriores a la aprobación del convenio original y la parte que las solicita tendrá que probarlas.

La solicitud de modificación de medidas debe presentarse ante el mismo juzgado que aprobó el convenio original.

Ello no obstante, existiendo acuerdo entre ambas partes, no habría problema en modificar el convenio.